VEO, VEO
Por Don Aurelio
Cuando ven un racimo
algunos ven el vino que acecha
una fiesta de utilería
el afiche publicitario
vacío de infinitos.
Yo veo las manos de mi viejo,
veo el sudor de su espalda,
veo el esfuerzo bien humano
que transforma la tierra
con la alquimia del trabajo.
Veo la poesía que prescinde
de los lugares comunes
y celebra la vida.
Que lindo poema.
ResponderEliminarY el racimo encierra todo eso, ¿no? Eso es lo bueno de las cosas simples, que abarcan a todas las complejas.
Beso.